La Alianza Ambiental exige una Ley que prohíba la Minería Metálica, una Ley General de Aguas y una Política de Gestión Estratégica de Riesgos en El Salvador.
La Alianza
Ambiental de El Salvador surgió en mayo del 2008
con el fin de articular mayor capacidad política, técnica y social
para la incidencia política hacia los tomadores de decisiones en las instancias
públicas y privadas, con énfasis en el rubro ambiental.
La
Alianza Ambiental es una coalición comunidades, redes de organizaciones
sociales, ambientalistas, religiosas, académicas, de investigación que trabajan
coordinadamente para asegurar un país más sustentable y equitativo para las y
los salvadoreños. Ente las principales luchas que ha desarrollado destacan: La
resistencia frente a la minería metálica,
la lucha por la gestión sustentable del agua y la gestión estratégica de
riesgos
Considerando
que las verdaderas causas estructurales de las múltiples crisis que afrontamos
mundialmente es el capitalismo con sus formas clásicas y renovadas de
dominación, que concentran la riqueza y produce desigualdades sociales,
desempleo, violencia contra los pueblos, criminalización de quienes lo
denuncian, la Alianza Ambiental exige:
-
Una Ley que prohíba la exploración y explotación minera.
-
Una
política de gestión estratégica de riesgos.
-
Una
Ley general de aguas, que garantice la gestión sustentable del agua
Ante la grave amenaza que representa la voracidad de las empresas
mineras la Alianza Ambiental considera necesario señalar que:
La minería es una expresión clara del modelo capitalista que amenaza no
solo los ecosistemas sino también la vida de las personas que tienen contacto
directo o indirecto con esta actividad.
El
análisis de la problemática de la minería metálica puede hacerse desde una
perspectiva económica, socio ambiental y política, desde las cuales resulta
evidente la urgencia de prohibir definitivamente dicha industria en el país.
La Ley
Especial de Suspensión de Procedimientos Administrativos de Exploración y
Explotación de Minería Metálica propuesta por el gobierno salvadoreño no es una
solución estructural y definitiva a la amenaza que representa la extracción de
metales en el país.
La
gestión sustentable del Agua y la explotación de la minería metálica son
incompatibles en nuestro pequeño y altamente poblado país El Salvador.
Desde un
enfoque de la gestión sustentable del agua es imprescindible establecer que la
minería metálica representa una amenaza para la vida en tanto que es una
industria que utiliza cantidades industriales del vital líquido para fines de
producción.
La falta de una Ley
General de Agua, en un país con menos del 20% de aguas con posibilidad de
potabilizarse y cuyo acceso no es equitativo para toda la población, son
elementos de un mismo escenario que resaltan la inviabilidad de una industria
como la minería metálica.
Dada la escasez
crónica de agua no puede, desde ningún punto de vista técnico ni científico,
permitir una industria como la minería metálica. Proyectos mineros como El
Dorado (Cabañas) podrían utilizar hasta 900 mil litros de agua diarios durante
los 6 años de actividad operacional de la mina, comprometiendo gravemente la
disponibilidad de agua para las poblaciones presentes y futuras.
La minería metálica
incrementa las vulnerabilidades sociales, ambientales y económicas;
incrementando así los riesgos a desastres.
Para
obtener el oro y otros metales las empresas mineras utilizan tecnologías que
hasta hoy han demostrado provocar grandes daños en la salud, la calidad de vida
de las personas porque contaminan y
destruyen ecosistemas. Un ejemplo claro de esto es el uso que la minería
metálica hace del Cianuro, un químico altamente tóxico que está prohibido en
países como Costa Rica y ha sido clasificado como una sustancia química de alto
riesgo a la salud.
Informes de Naciones Unidas señalan que El Salvador se
destaca por presentar el 88.7 % de su territorio como área de riesgo y por
tener la más alta tasa porcentual de población bajo riesgo (95.4%). Ante esta
situación, la minería
metálica es inviable porque no contribuye a generar mejores condiciones para la
gestión y prevención de riesgos y desastres. Al contrario, la extracción de
metales vulnera capas boscosas, contamina mantos superficiales y subterráneos
de agua volviendo más áridos e inservibles los suelos.
La
minería metálica debe prohibirse definitivamente y no suspenderse temporalmente
El
Salvador debe prohibir la minería metálica porque esta industria es la más
agresiva contra el ambiente. El daño que la extracción de metales provoca en
los ecosistemas es prácticamente irreversible, tornando insignificante y falsa
cualquier promesa de desarrollo o bienestar.
La
minería metálica debe prohibirse además porque constituye un saqueo de los
recursos del subsuelo. Es sabido que el 98% de las ganancias de la minería
metálica van para el extranjero y que los empleos producidos por esta industria
incluso en países como Estados Unidos y Canadá son considerados como de alto
riesgo por las pésimas condiciones en que se trabaja en las minas.
Por
otro lado, existen estudios certifican que la cantidad de metales necesarios
para el uso de tecnologías informáticas y de construcción, por ejemplo, ya han
sido extraídos y que existe suficiente metales como para no explotar ni una
mina en el mundo por aproximadamente 200 años. Se trata, pues, de una industria
altamente contaminante, que no ha generado desarrollo en ningún lado y que
atenta contra la vida en todas sus formas.
Por un El Salvador sustentable: Exigimos una Ley que prohíba la minería metálica de forma definitiva. Exigimos una Ley General de Aguas que garantice su gestión sustentable, Exigimos Reformas a la Ley de Protección Civil y Mitigación y Prevención de Desastres que garantice la gestión estratégica de riesgos.
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