Zona norte del país amenazada por minería metálica
La actividad minera en El Salvador existe desde hace 100 años y el mayor deterioro se concentra en el occidente del país, sin embargo el resto del territorio no está exento de sufrir contaminación.
Texto: Magaly Torres
Fotografía: Cortesía
Bernardo Belloso, miembro de la Mesa Frente a la Minería Metálica (MNFMM) y director de la Asociación Fundación para la Cooperación y Desarrollo (CORDES), afirmó que solo en Chalatenango hay por lo menos cinco proyectos mineros identificados.
La zona norte del país ha atraído la atención de empresas mineras como Pacific Rim, por tener la ubicación geográfica adecuada y el recurso hídrico necesario para llevar a cabo la extracción de metales.
En el estudio de impacto ambiental que presentó dicha empresa al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), señala que harían uso de casi 900 mil litros de agua a diario, que es la misma cantidad que abastece a una familia promedio durante 20 años.
“Los proyectos afectarían directamente a más de 11 municipios, contaminando también la zona central del país por el recurso hídrico, pues si contaminan las zonas altas todos seríamos afectados”, aseguró Bernardo Belloso.
Según un informe sobre la “minería metálica y los derechos humanos”, realizado en 2012 por la Asesoría a Programas y Proyectos de Desarrollo (ASPRODE), por cada onza de oro obtenida en la actividad minera, quedan sin agua apta para consumo humano entre 74 y 185 personas cada día.
El informe también demuestra que la práctica de la minería puede causar enfermedades como la de “minamata”, cuyos efectos se presentan en el sistema inmunológico y en los sistemas genéticos. Además, produce un desarrollo embrionario anormal, daños en el sistema nervioso con efectos en la coordinación, visión, gusto y tacto.
En cuanto a un estudio del Centro de Investigación sobre Inversión y Comercio (CEICOM) de 2007, se determinó que el Río San Sebastián, en Santa Rosa de Lima de La Unión, está contaminado con venenos mortales como cianuro, y metales pesados como manganeso, aluminio y hierro, por lo cual en este río no hay peces, anfibios, ni insectos.
A pesar de los efectos negativos que traería una explotación minera, las empresas siguen promocionando la minería y ofreciendo beneficios como empleos, construcción de calles y muros que al final “solo le sirve a la misma empresa”, reiteró Belloso.
En el informe de ASPRODE se establece que, por cada millón de dólares invertido en un proyecto de minería, se crean solo dos empleos directos. De manera que comparando los daños que provoca esto ante los posibles beneficios, el resultado siempre es negativo.
Esfuerzos y lucha
En El Salvador no existe una ley que prohíba la minería, pero en 2012 los ministerios de Medio Ambiente y Economía presentaron al Congreso un proyecto para suspender todas las solicitudes de exploración y explotación minera, que sigue pendiente de aprobar.
“A pesar de ya haber presentado dos propuesta de ley, una en 2006 y la más reciente, Ley Especial (para la prohibición de la minería metálica en El Salvador) en 2012, no hemos tenido respuesta alguna”, enfatizó Belloso, representante de la mesa frente a la minería.
La propuesta de ley busca anular todas las concesiones mineras otorgadas hasta hoy y dejar sin efecto cualquier solicitud hecha anteriormente por las compañías mineras.
Pacific Rim, empresa que vendió sus acciones a Oceana Gold, demandó a El Salvador por $301 millones en septiembre de 2014, por negarle el permiso para explorar la mina de oro El Dorado, en el departamento de Cabañas.
El director de CORDES exclamó que “si El Salvador al final tuviera que darle permiso a esta empresa, la lucha para generar empoderamiento en la población seguirá, porque también el pueblo decide si defender o no su territorio”, explicó.
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