El foro de la paradoja: Empresas y Derechos Humanos
Saúl Baños
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en virtud del párrafo 12 de su resolución 17/4 , decidió establecer un Foro sobre las empresas y los derechos humanos, bajo la dirección del grupo de trabajo sobre la cuestión de los derechos humanos y las empresas transnacionales y otras empresas para “examinar las tendencias y los problemas de aplicación de los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos humanos y promover el diálogo y la cooperación acerca de las cuestiones relacionadas con las empresas y los derechos humanos, incluidos los problemas de determinados sectores, ámbitos de operación o en relación con derechos o grupos específicos, así como para definir las buenas prácticas”.
En virtud de la resolución 17/4, párrafo 13, el Foro es abierto a todos los interesados, incluyendo los Estados, los mecanismos y órganos de las Naciones Unidas, las organizaciones intergubernamentales y organizaciones regionales, las empresas, los sindicatos, las instituciones nacionales de derechos humanos, organizaciones no gubernamentales, así como las personas y grupos afectados.
El primer Foro tuvo se desarrolló del 3 al 5 de diciembre de 2012; el segundo fue en del 2 al 4 de diciembre de 2013; ambos se desarrollaron en Ginebra, Suiza.
El tercer Foro tuvo lugar siempre en Ginebra del 1 al 3 de diciembre de 2014. Esta vez fue denominado “Avanzando en las empresas y los derechos humanos en el mundo: alineación, adhesión y responsabilidad”.
De acuerdo a las resoluciones 17/4 y 26/22 del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, con el foro se busca promover el diálogo y la cooperación en temas relacionados con las empresas y los derechos humanos. Así como debatir tendencias y retos en la aplicación de los Principios Rectores sobre las empresas y los derechos humanos, que son como la puesta en práctica del marco de las Naciones Unidas para “proteger, respetar y remediar” los Derechos Humanos, incluyendo todos aquellos retos que se han presentado en sectores concretos, entornos operacionales o en relación a derechos específicos o grupos, además de destacar las “buenas prácticas” de cumplimiento.
El foro se desarrolló en esta época donde existen grandes emergencias de seguridad y sanidad a nivel internacional, así como algunos retos estructurales de carácter crítico. Estos incluyen el cambio climático, la desaparición de los ecosistemas, la desaceleración de la economía mundial, el desempleo de los jóvenes, la pérdida de confianza del sistema financiero y las tensiones políticas locales en distintas regiones. Una causa fundamental de esto es el fracaso de los Estados a la hora de asegurar la protección adecuada y respeto de los derechos humanos. Otro trasfondo en el panorama actual del mundo, en cambio constante, es el poder en aumento y el papel de las grandes empresas en la sociedad. Respetar los derechos humanos en un contexto de actividad económica es una prioridad a la hora de incrementar “prácticas responsables” en la empresa, y comprender el papel y las responsabilidades de las empresas en este nuevo contexto es uno de los cambios más significativos para los encargados de la formulación de popolíticas a nivel mundial a principios del siglo XXI.
El foro se centró en los siguientes temas: Fortalecimiento del diálogo y compromiso entre las partes interesadas; debate acerca de planes nacionales de acción para la implementación de los Principios Rectores; explorar el acceso a mecanismos de reparación eficaces; e, identificación de las buenas prácticas existentes.
El formato del evento es de carácter multiconsultivo, su programa abarca sesiones plenarias de alto nivel y eventos paralelos dirigidos por el Grupo de Trabajo y la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos. El programa también incluye otros eventos paralelos no menos importantes organizados por participantes externos.
Delegación salvadoreña en el tercer Foro
Por parte del sector de las organizaciones sociales de El Salvador, participan en el foro: Marixela Ramos, de Radio Victoria; Héctor Berríos, de MUFRAS-32; y Saúl Baños, de FESPAD (estas dos últimas organizaciones también miembras de la Mesa Nacional frente a la Minería Metálica); además, acompañaron y apoyaron a esta delegación, Sofía Vergara, representante de Oxfam América, y Anabella Sibrián, de la Plataforma Internacional contra la Impunidad, de Guatemala.
Esta delegación participó en los espacios formales del Foro, en donde aprovecharon para dar a conocer las violaciones de Derechos Humanos que cometen las empresas mineras en El Salvador, particularmente, las empresas Pacific Rim y Oceana Gold, las cuales actualmente en el CIADI mantienen una demanda contra El Salvador por 301 millones de dólares.
La delegación también formó parte de algunos espacios paralelos al foro organizados por participantes externos, donde denunciaron la misma problemática. Además se reunieron con distintos funcionarios representantes de algunas relatorías de las Naciones Unidas, destacando entre ellas las de Ejecuciones Extrajudiciales, Sustancias Tóxicas, de Agua; y con representantes del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. También, participaron en el curso de formación sobre nuevas estrategias de la defensa de los Derechos Humanos.
Asimismo, aprovecharon la oportunidad para desarrollar diferentes contactos con organizaciones internacionales no gubernamentales que apoyan el trabajo de respeto a los derechos humanos, entre ellas: Amnistía Internacional, la Red Internacional de Derechos Humanos –RIDH-; Franciscans International; Organización Mundial Contra la Tortura; Programa de Monitoreo de Minas de Latinoamérica; Cordillera Peoples Alliance, Centro Europa – Tercer Mundo –CETIM-, entre otros.
La paradoja: Empresas y Derechos Humanos
El tema de la responsabilidad jurídica de las empresas en materia de derechos humanos ahora resulta relevante puesto que actualmente el Estado ha perdido ese poder absoluto que en algún momento tuvo. Las empresas, principalmente las transnacionales, tienen grandes recursos que les permiten no cumplir con sus obligaciones jurídicas, por lo que es necesario mejorar la protección de los derechos humanos mediante la aprobación de tratados de protección con carácter vinculante.
Dentro del Sistema de Naciones Unidas, distintos han sido los esfuerzos por regular las actividades de las empresas transnacionales y comerciales de cara al respeto de los Derechos Humanos, así puede mencionarse el Proyecto de Código de Conducta para las Empresas Transnacionales, en 1970.
En la actualidad, y desde hace unos pocos años el Grupo de Trabajo de la ONU y las empresas tratan de desarrollar los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos humanos.
No obstante, el debate ahora se centra en la nula obligación jurídica de tales principios. El hecho de que no sean vinculantes ha impedido el desarrollo de estándares normativos a empresas en materia de la protección humana.
Paradójico resulta que desde los Sistemas de Protección sea a los Estados a quienes se les sigue exigiendo protección a los Derechos Humanos, ante violaciones por parte de empresas que tienen hasta más recursos y poder, y que se siguen negando a que se emitan instrumentos jurídicos con carácter vinculante que regulen sus prácticas contrarias a los Derechos Humanos.
El tercer foro Empresas-Derechos Humanos, fue testimonio de esa postura. Por un lado, miembros de organizaciones sociales del mundo presentando casos de violaciones a derechos humanos por parte de empresas; por el otro lado, empresarios dando testimonio de prácticas amigables con el medio ambiente, de responsabilidad social corporativa, de creación de trabajo decente, todo en el marco de los Principios Rectores; pero negándose a aceptar la posibilidad de discutir un instrumento jurídico con carácter vinculante que proteja los Derechos Humanos.
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