Dora Alicia Sorto Recinos, vivía en el cantón Trinidad de Sensuntepeque (Cabañas). Treinta y dos años de edad, madre de siete hijos, el último de ellos tenía ocho meses y aún lo llevaba en su vientre.
Junto a su esposo José Santos Rodríguez, decidió defender su medioambiente, se opuso a la minería metálica y se organizó en el Comité Ambiental de Cabañas (CAC), el cual aglutina a las comunidades de Cabañas que resisten a los proyectos extractivos y forma parte de la Mesa Nacional frente a la Minería Metálica.
Por el contrario, algunos de sus familiares, vecinos y amigos –seducidos por la propaganda o presionados por los chantajes de la empresa canadiense Pacific Rim– aceptaron trabajar como promotores del proyecto minero Santa Rita, que busca explotar metales preciosos en el cerro Limón, ubicado a escasos metros de la vivienda de Dora Alicia y José Santos.
El activismo antiminero de la familia Rodríguez Sorto –y de varios líderes comunitarios de Trinidad, Santa Rosa, Maraña y otros lugares aledaños– fue objeto de amenazas, persecuciones y atentados. José Santos sufrió varios intentos de asesinato, en uno de éstos su agresor –el matón de Pacific Rim, Óscar Menjívar– le cortó dos dedos de su mano derecha.
El domingo 20 de diciembre de este año, Dora Alicia preparaba la celebración de la navidad, cuando supo del asesinato de Ramiro Rivera Gómez, acribillado por un grupo de sicarios que portaban fusiles M-16. Su esposo José Santos acompañaba a Ramiro, pero logró escapar.
La tristeza e indignación por el asesinato de Ramiro y el temor de un nuevo atentado contra José Santos, frustraron el festejo navideño en casa de Dora Alicia y familia.
El sábado 26 de diciembre, José Santos discutía con sus vecinos y miembros del CAC algunas medidas de seguridad que debían implementarse en la comunidad para evitar nuevos crímenes, cuando escuchó cinco disparos cerca de su vivienda. “Quizás mataron a mi esposa”, pensó. Fue corriendo, y constató su trágica sospecha. “Me buscaban a mí, pero al no encontrarme, mataron a Dora”, alcanza a decir, antes de romper el llanto.
Dora Alicia regresaba de lavar ropa de una quebrada cercana, cuando recibió cinco impactos de bala por la espalda que causaron la muerte, a ella y a su bebé de ochos meses, en el instante. Su hijo de dos años, que cargaba en sus brazos, resultó herido en una de sus piernas. Su muerte deja a José Santos y a sus seis hijos, inconsolables.
La Mesa Nacional frente a la Minería Metálica denuncia que Dora Alicia fue asesinada por la conflictividad provocada por Pacific Rim y la impunidad que genera la negligencia de la Fiscalía General de la República y la Policía Nacional Civil.
Con Dora Alicia Sorto Recinos, ya son tres los ambientalistas asesinados, pues antes fueron asesinados Ramiro Rivera Gómez y Gustavo Marcelo Rivera. Pero podrían ser más, si las autoridades no protegen en forma efectiva a las posibles nuevas víctimas y no investigan a los victimarios intelectuales y materiales.
*Equipo de comunicaciones de la Mesa Nacional frente a la Minería Metálica.
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